La amenaza está intacta, pese al retraso. Las razones de la dilación.
Los virus mutan. Es parte de la naturaleza de estos organismos, pues durante su multiplicación se cometen algunos “errores” que modifican algunas de sus características. Esto se conoce como mutación. El coronavirus SARS-CoV-2, causante del Covid-19, no es la excepción y ha mutado millones de veces mientras más personas se han contagiado.
Aunque la mayoría de estas mutaciones no alteran las propiedades del virus, algunas de ellas sí pueden influir en su facilidad de propagación, la gravedad de la enfermedad, la eficacia de las vacunas y los medicamentos para su tratamiento y su diagnóstico.
La variante Delta del coronavirus, identificada por primera vez en la India, y considerada como “preocupante” por la Organización Mundial de la Salud (OMS), provocó que después de dos meses y medio de descenso de casos, cuando toda Europa se encaminaba hacia el levantamiento de las medidas restrictivas, los contagios de Covid-19 volvieran a aumentar impulsados por la fuerza de la variante Delta, provocando importantes brotes en el Reino Unido y Rusia.
Según un documento interno del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los EEUU, la variante Delta es un enemigo más temible de lo que se creía, en gran parte debido a su capacidad de infectar y ser contagiada por personas que están totalmente vacunadas y parece causar una enfermedad más grave que las variantes anteriores, y se propaga tan fácilmente como la varicela.
La variante Delta es aproximadamente un 60% más transmisible que la variante Alpha, y la Alpha ya era 40% más transmisible que el coronavirus original. Las personas no vacunadas tienen incluso más probabilidades de infectarse con la variante Delta que cualquiera de las otras variantes que hemos visto hasta ahora durante la pandemia.
Con estos antecedentes, y por supuesto con mucha preocupación se espera la llegada de esta variante a Sudamérica.
Algunas predicciones, aseguraban su llegada y expansión para las últimas semanas de julio, otras para las dos primeras semanas de agosto.
Dichos pronósticos no se verificaron. ¿Por qué?
De acuerdo a los datos recogidos por el Proyecto Argentino Interinstitucional de Genómica de SARS-CoV-2 (PAIS) hoy en la Argentina domina la variante de preocupación Gamma, identificada por primera vez en Manaos, que representa alrededor del 50-60% de las muestras que se analizan al azar, y le sigue la Lambda que se conoce como Andina, con un 30 y 35 por ciento y de la que no hay evidencia robusta de circulación comunitaria, salvo los dos casos de Ciudad de Buenos Aires, los 87 restantes detectados en el país corresponden a casos importados o personas con nexo epidemiológico con viajeros.
Es sabido que ambas variantes, Gamma y Lambda, son también altamente transmisibles.
Tal vez la explicación sea esta: hay un concepto en ecología llamado principio de exclusión competitiva, que señala que dos especies no pueden ocupar el mismo nicho ecológico en el mismo hábitat.
Si existen recursos limitados, eventualmente una especie excluirá a la otra, dado un determinado período de tiempo, mediante la “exclusión competitiva”.
Es decir que dos especies en competencia biológica por los mismos recursos no pueden coexistir en forma estable si los demás factores ecológicos permanecen constantes
Este principio también es conocido como la ley de Gause (1934).
Valga como ejemplo muy actual: el Sars-Cov-2 con una capacidad infectiva cuatro veces superior al virus de la gripe, sería la principal razón que explicaría la ausencia de la influenza durante la pandemia.
Entonces la existencia de las cepas Gamma y Lambda competirían con la cepa Delta y serían la causa del retraso de la diseminación de esta.
Aunque es cierto que dos poblaciones no pueden ocupar el mismo nicho al mismo tiempo y en el mismo lugar, frecuentemente existe una superposición en sus nichos que produce un cierto grado de competencia entre las poblaciones en la naturaleza.
Pero debemos ser conscientes de que se trata solo de un retraso en la irrupción de la variante Delta. En efecto, en la competencia instalada entre las variantes terminará predominando la que posea mayor posibilidad de propagación y esta es claramente la Delta.
Entonces, es claro que la devastadora variante Delta está llegando, más lento que lo esperado, pero su llegada es inevitable.
Otra vez, tenemos el diario del lunes, aprovechemos la oportunidad…
Por Claudio Rosso para La Capital